Desde que comencé con tres años mi escolarización hasta el
día de hoy han pasado por mi vida casi
un centenar de docentes, todos muy diversos desde el que en sus ideales se
incluía la frase la letra con sangre entra hasta el que decía que con amor se
aprende mucho mejor.
Al proponer la idea de recordar los profesores más
representativos en mi vida escolar no puedo evitar acodarme con una sonrisa en
la cara de la profesora de infantil, la cual nos motivaba cada día para que nos
esforzáramos cada vez más.
Más adelante, en primaria tuvimos unos docentes de los cuales los recuerdos que me llegan a la mente son de que un error en una tabla de multiplicar te podía llevar al final de la fila para salir al recreo cada vez que te confundías, no siendo esto lo peor más adelante un error de ese calibre te conducía a llevar la oreja roja durante toda la mañana.
Pero todos los maestros de este ciclo no eran así, había
otros que tenían una actitud flexible y paciente, que no dejaban que les
sacáramos de quicio, que parecía que podían controlar cualquier situación que
pudiéramos generar los estudiantes.
Luego llegué a la secundaria en la que también había
profesores de los dos extremos, de los que te enseñaban con metodologías de
experimentación en lugares como la biblioteca o un laboratorio y en el otro
extremo se encontraba el que te mandaba copiar hasta las comas y no se dedicaba
más que a leer lo que ponía en el libro y levantarnos a tirar un papel sin
permiso era ser dirigidos de inmediato a la biblioteca con “EL PARTE DE
AMONESTACIÓN”, aquel documento que expresaba de forma larga y tendida con una
caligrafía sacada del mismísimo Cervantes lo que te había conducido a la
biblioteca.
Más adelante desde que acabe la secundaria hasta el día de
hoy de los profesores que he tenido los que más se merecen ser mencionados eran
los que tenían una actitud positiva y
esto les ayudaba a sobrellevar y actuar frente a diversos problemas que
podíamos expresar o tener como estudiantes.
Desde mi experiencia como alumna he podido adquirir
conocimientos de cómo desarrollar una clase, conocimientos que me van a ayudar
en la labor que desempeñare en un futuro esperando que sea cercano.
Con todo esto espero ser una maestra después de un trabajo
duro y una dedicación plena a formarme durante toda la vida flexible y
paciente, ya que esto no solo es importante para controlar mi nivel de
estrés si no también para que pueda
controlar cualquier situación que puedan generar mis futuros alumnos, una
maestra que aprenda a lo largo de la vida nuevas habilidades, formándome y
asistiendo a cursos y charlas de enseñanza durante mis periodos de descanso,
con una actitud positiva y como hizo mi maestra de infantil, motivar a mis
alumnos para que cada vez se esfuercen más todo esto espero conseguirlo y que
algún día un alumno mío escriba este texto y yo le haya ayudado a formarse como
docente como mis profesores me ayudaron a mí.
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