domingo, 28 de diciembre de 2014

TEMA 8: Los contenidos

¿ QUÉ SON LOS CONTENIDOS?

Los contenidos comprenden el conjunto de saberes o formas culturales, cuya asimilación y apropiación por  los alumnos se considera esencial para la formación integral de las personas.





Por otro lado los contenidos pueden ser de diversos tipos:
CONCEPTUALES: Conceptos, principios,  hechos y datos.
PROCEDIMENTALES: destrezas, técnicas y estrategias.
ACTITUDINALES: actitudes, valores y normas

LAS ÁREAS CURRICULARES
Siguiendo a A. Medina Rivilla y F. Salvador Mata (Didáctica General), en general, las áreas se consideran:
-        Un contexto válido para la organización inicial de los contenidos escolares.
-        Un instrumento flexible para que los profesores puedan establecer las secuencias de objetivos y contenidos curriculares que atiendan a las necesidades educativas de los alumnos.
-       Cumplen dos funciones: Informan al profesorado de los bloques y tipos de contenidos relevantes, y facilitan la planificación  y evaluación de la práctica docente.

LAS ÁREAS EN E. PRIMARÍA
En Educación Primaria, se incrementa el peso disciplinar, al pretender, ampliar las experiencias de niño con un mayor peso de los conocimientos.

Las áreas son las que siguientes:
ÁREAS TRONCALES:
a)     Ciencias de la Naturaleza.
b)     Ciencias Sociales.
c)     Lengua Castellana y Literatura.
d)     Matemáticas.
e)     Primera Lengua Extranjera.
ÁREAS ESPECÍFICAS
Educación Artística (Plástica y música).
Educación Física
Religión o Valores Sociales y Cívicos
Además, los centros podrán ofertar:
a)     Una segunda lengua extranjera en 5.º y 6.º curso.
b)     Algún área más, que podrá ser de profundización o refuerzo de las áreas troncales, en alguno de los cursos de la etapa.
c) Otras áreas relacionadas con el aprendizaje del sistema braille, la tiflotecnología (Tecnología de apoyo para personas ciegas), la autonomía personal y las lenguas de signos.
 LOS BLOQUES DE CONTENIDOS

Los contenidos que corresponden a cada área se estructuran en bloques, los cuales tratan de informar de lo que realmente es necesario trabajar para el desarrollo de las capacidades en la etapa. Estas agrupaciones de contenido no deben ser tomados de ópticas estrictamente prescriptivas, ya que los equipos de profesores pueden decidir trabajar otros contenidos, además de los propuestos, en función de las características contextuales del centro y de las peculiaridades de su alumnado. Su cometido es ofrecer al profesorado una organización e información previa de contenidos de cada área, para facilitar su tratamiento, sin que de ello pueda derivarse una determinada forma de presentar las tareas escolares. Son núcleos básicos que suelen indicar cuáles son los mínimos comunes y obligatorios a los deben enfrentarse los alumnos para conseguir una formación integral.
Los bloques de contenido incluyen contenidos de distinto tipo, los cuales se consideran igualmente relevantes para desarrollar las capacidades recogidas en los objetivos generales.
Con respecto a los bloques de contenido hay que subrayar lo siguiente:
    - Deben abarcar los tres tipos de contenido: conceptuales, procedimentales
y actitudinales.
- Esta distinción responde a criterios pedagógicos.
- Informan al profesor sobre lo que se debe trabajar durante la etapa.
- En ellos se señalan los contenidos que se consideran más adecuados para desarrollar las capacidades expresadas en los objetivos generales.
- No constituyen un temario. No son unidades de trabajo obligado.
- Cada equipo docente decidirá cómo distribuidos en los ciclos.
- Cada profesor elegirá los contenidos que va a desarrollar en su programa­ción de aula.
- El orden de presentación de los bloques en los respectivos currícula esco­lares no supone una secuenciación.

¿QUÉ SON LOS TEMAS TRANSVERSALES?
Existe, además, un conjunto de contenidos cuya relevancia social es evidente y que han sido incluidos en los objetivos generales de las etapas en las que se ordena nuestro sistema educativo. Dichos contenidos no configuran áreas independientes, ni tampoco aparecen como bloques de conte­nido dentro de un área; se trata de contenidos de una gran transcendencia y relevancia social para la formación de los alumnos que se han introducido entre los contenidos de las distintas áreas para evitar que su tratamiento en el desarrollo del currículo sea accidental o fragmentado.
Algunos de estos contenidos son:
- Educación para la paz: el centro educativo representa un espacio idóneo para fomentar actitudes que estimulen la convivencia democrática y la par­ticipación solidaria entre los alumnos.

- Educación para la salud: se ha de impulsar desde el centro escolar la crea­ción de hábitos de higiene física y mental, y una mejora de la calidad de las relaciones interpersonales.

- Educación sexual: en el centro escolar se debe propiciar información sufi­ciente a los alumnos, no sólo sobre los aspectos biológicos de la sexuali­dad, sino también sobre sus aspectos sociales y psicológicos.

- Educación del consumidor: el alumno debe ser informado acerca del equilibrio necesario y responsable a la hora de consumir.
- Educación para la igualdad de oportunidades: educación en actitudes que impidan la discriminación por razón de sexo.
- Educación ambiental: información acerca de la conservación y mejora del medio.

- Educación vial: desarrollo de hábitos relacionados con la convivencia como ciudadanos que utilizan medios de transporte.

- Educación moral y cívica: ayuda para analizar críticamente los valores imperantes y la formación de hábitos de convivencia social.

¿QUÉ TIENE QUE HACER UN PROFESOR EN RELACIÓN CON LOS CONTENIDOS?
1.- Selección de contenidos
Es la primera tarea a la que se enfrenta el profesor en el acto didáctico. Para ello deberá llevar a cabo un análisis de:
-        las características de los alumnos,
-        del contexto social, económico y cultural; 
-        de las áreas de enseñanza;
-        de las finalidades educativas del centro.
Criterios de selección de contenidos:
a) Contenidos conceptuales:
- Su valor para la comprensión del tema.
- Interés para construir otros conceptos.
- Relación con conceptos anteriores.
- Necesidad para implicar a los alumnos afectivamente en su aprendizaje.
b) Contenidos procedimentales
- Asegurar el dominio de los más básicos, trabajando los más sencillos y después los más complejos.
- Tener en cuenta el nivel del alumno.
c) Contenidos actitudinales:
- Adecuación a los valores y normas del aula y del centro y a las actitudes que se pretenden fomentar.
- Coherencia de las actitudes  con los principios metodológicos
- Diseño de experiencias de trabajo en grupo como instrumento para el desarrollo de actitudes.
2.- Secuenciación de contenidos.
La funcionalidad de los contenidos como instrumentos para la consecución de los contenidos reside principalmente en una adecuada organización y selección de los mismos. En las etapas de Educación Infantil y Primaria dicha organización estará presidida por su carácter globalizador e integrador para mantener una mayor conexión con la forma en que los alumnos de estas edades adquieren sus aprendizajes o se enfrentan al conocimiento de la realidad.
La secuenciación de los contenidos sitúa al equipo docente ante la necesidad de tomar decisiones acerca de su distribución en el tiempo y organizarlos entre sí, estableciendo relaciones entre unos contenidos y otros.
3.- Criterios para la secuenciación:
1) Desarrollo madurativo del alumno
La Psicología Evolutiva ha puesto de manifiesto que el desarrollo infantil pa­sa por una serie de etapas o fases interdependientes, en las que se puede adver­tir algunas características comunes, las cuales tienen un gran valor a la hora de establecer si unos contenidos educativos son o no adecuados, o más o menos pertinentes, para una determinada edad.

2) Significatividad lógica de la disciplina
Los contenidos educativos que trabajan los alumnos derivan de disciplinas diferentes, que poseen una lógica interna, que habrá que tenerse en cuenta a la hora de efectuar las secuencias, con el fin de respetar las relaciones ya existentes entre ellos. La comprensión de los contenidos educativos puede verse favorecida si su secuenciación respeta esa lógica interna.
3) Desarrollo cíclico de los contenidos
Es necesario proceder a un tratamiento progresivo y reiterado de los conte­nidos, a lo largo de una o más etapas (Currículo en espiral), hasta alcanzar el grado de profundidad deseado. Con ello, se pretende insistir en la importancia que tiene el hecho de trabajar los contenidos de forma cíclica y no lineal, para facilitar la adquisición de aquellos contenidos cuya asimilación puede requerir un proceso más continuado. Son estas secuencias cíclicas las que permiten pasar de lo particular y cercano, a lo general y abstracto. Así, por ejemplo, el proceso de construcción del conocimiento matemático aconseja retomar los mismos contenidos, aunque con niveles de complejidad y abstracción crecientes.
4) Continuidad y coherencia entre los contenidos
Es importante que los contenidos trabajados mantengan relaciones con otros contenidos trabajados anteriormente, para que el alumno pueda establecer conexiones de carácter significativo entre ellos. La gradación de una dificultad, o la necesidad de un proceso continuado para la adquisición de una determinada habilidad o destreza puede justificar la importancia de este criterio.
5) Adecuación de los contenidos a las capacidades de los alumnos
Aunque los contenidos son un estímulo y un medio para el desarrollo de las capacidades del alumno, esta mediación sólo será posible si el contenido no ex­cede de las posibilidades reales del alumno para asumirlo.
6) Relación entre los contenidos que se enseñan y los conocimientos previos de los alumnos.
Un contenido nuevo tiene que conectarse con algún otro conocimiento pre­vio del alumno, para que pueda hacerse posible un aprendizaje significativo. De aquí deriva la necesidad de conocer (evaluar) los conocimientos que el alumno posee en un determinado campo y el nivel de profundidad de estos conoci­mientos.
7) Tratamiento equilibrado de los distintos tipos de contenido
La utilidad de los distintos tipos de contenido para desarrollar las capacida­des de los alumnos aconseja una revisión última de la secuencia, para constatar que unos contenidos no priman sobre otros.

6.- La enseñanza de los contenidos
Las especiales características de los distintos tipos de contenido (conceptuales, procedimentales y actitudinales) hace que los alumnos se enfrenten a su conocimiento utilizando estrategias y recursos diferenciados, lo que aconseja orientar su enseñanza y, en consecuencia, su evaluación, de manera distinta, respetando esta tipología, aunque se aborde su ense­ñanza de manera integrada en las distintas unidades de programación.
6.1.- La Enseñanza de Conceptos, hechos y datos.
La enseñanza de hechos o datos
Las actividades de enseñanza encaminadas a facilitar el aprendizaje de contenidos referidos a datos o hechos pueden procurarse mediante tareas en las que el alumno ejercite de forma básica su memoria, por repetición verbal. Estas prácticas, que hacen de la repetición un procedimiento clave para la evocación o el recuerdo de dichos datos, no siempre han demostrado su eficacia. No se trata, sin embargo, de denostar los aprendizajes adquiridos por medio de la repetición verbal, sino de subrayar sus insuficiencias cuando esa mecanización no se acompañe de actividades que permitan una mayor comprensión de los hechos o da­tos estudiados. La repetición, no obstante, para que sea eficaz, ha de respetar ciertos criterios:
- No ser intensiva, sino progresiva y dosificada.
- Tener una cierta continuidad.
- Estar conectada con los intereses del alumno.
- Ejercitarse sobre hechos o datos funcionales para el alumno.
- Practicarse en tareas fácilmente comprensibles o interpretables.
La enseñanza de conceptos
La enseñanza de conceptos presenta mayores dificultades que la de datos o hechos. En efecto, el aprendizaje de conceptos exige:
1) al alumno: a) poseer al­gunas ideas previas, y b) ser capaz de relacionar la nueva información con la que ya posee;
2) al profesor: a) conocer las ideas previas del alumno, y b) organizar adecuadamente el material objeto de estudio.
Al aprendizaje de conceptos puede accederse, principalmente, por dos vías:
a) a partir del descubrimiento e indagación por parte del alumno;
b) a partir de una exposición o información previa por parte del profesor.
En el primero de los casos, la tarea del profesor consistiría en ofrecer al alumno un material semies­tructurado para que éste lo analice y descubra sus significados. En el segundo caso, el profesor presentaría al alumno los conceptos, de forma oral o escrita, perfectamente organizados y estructurados; para evitar un aprendizaje me­cánico y/o memorístico, hemos de procurar que el alumno despliegue una intensa actividad, estableciendo relaciones sustantivas y no arbitrarias entre sus conocimientos previos y el nuevo material de aprendizaje, que nos garantice la significatividad de lo aprendido.
El aprendizaje de conceptos admite, no obstante, grados de asimilación su­cesivos, de ahí la importancia que tiene la secuenciación de contenidos curricu­lares, efectuada por el profesorado en sus propuestas didácticas. Cuando un alumno adquiere el aprendizaje de un concepto determinado, ello no implica que dicho alumno no pueda mejorar o enriquecer ese concepto, participando en nuevas experiencias o recibiendo nuevas informaciones que le obliguen a des­plegar una más rica e intensa actividad cognitiva.

La enseñanza de procedimientos
Si los procedimientos incluyen acciones ordenadas que se dirigen a la consecución de un fin, su aprendizaje implica la realización de esas acciones y no sólo su comprensión, para que se adquieran de forma significativa. En este sentido, el profesor debe recurrir al uso de estrategias diversificadas que lleven al alumno a ejecutar, de manera comprensiva, la repetición de las acciones que incluyan un determinado procedimiento.
C. Coll señala, entre los principales métodos y recursos didácticos para favorecer la ad­quisición de los contenidos procedimentales, los siguientes:
a) La imitación de modelos. A partir de la observación de un experto, los alumnos construyen el modelo mental idóneo para realizar la tarea exigida.
b) La enseñanza directa por parte del profesor u otros alumnos. El alumno, en este caso, es guiado directamente por su interlocutor.
c) La inducción al análisis y la reflexión sobre las actuaciones. Se trata de un recurso complementario a los dos anteriores. Este sistema de enseñanza persigue que el alumno asuma, directamente, el control de sus actuacio­nes desde el inicio de la tarea, incidiéndose así, de forma especial, sobre los procesos más que sobre los resultados.

La enseñanza de actitudes
El aprendizaje de actitudes va más allá de la realización de unas determina­das tareas, y comprende situaciones en las que las relaciones interpersonales y de convivencia juegan un destacado papel. En ese sentido, se han señalado algunos criterios básicos en la planificación de la enseñanza de las actitudes. 
1) Adecuación entre valores, actitudes y normas. La enseñanza de actitudes en el contexto escolar exige adecuar la selección de éstas a los valores y nor­mas que regulan la escuela como globalidad. Esta adecuación puede al­canzarse en el centro educativo, recurriendo a tres medidas concretas:
a) Revisar el Reglamento de Organización y Funcionamiento del centro, para ver su concordancia con los valores e ideales expresados en el Pro­yecto de Centro.
b) Difundir los valores en los que se fundamentan las normas que rigen la convivencia escolar.
c) Conseguir que los alumnos participen en la elaboración de las normas que regulan la vida del centro.
2) Adecuada planificación del centro escolar. Los espacios escolares deben es­tar dispuestos de forma que potencien en el alumnado una predisposición o actitud positiva hacia los valores y normas establecidos en el centro. Las variables espacio-temporales repercuten poderosamente en los procesos educativos de los alumnos, de ahí la necesidad de un clima propicio para el desarrollo de actitudes deseadas, la vivencia de los valores y el respeto a las normas de convivencia establecidas.
3) Fomento de actividades grupales. Las tareas grupales pueden facilitar o inhibir los cambios actitudinales planificados. Las actividades en gru­po pueden ser un medio eficaz para fomentar las actitudes deseadas y propiciar nuevas normas. Para ello, resulta ser importante el hecho de mantener una continuidad entre las actividades grupales realizadas fuera del centro y las que se desarrollan dentro de él.
4) Potenciación de contextos para la resolución de conflictos. Los alumnos de­ben disponer de espacios para la discusión y el debate de cuestiones rela­cionadas con la vida en el centro. Se hace necesaria la concesión de tiempos y espacios para que los alumnos reflexionen sobre problemas in­dividuales y colectivos, y sobre la intervención del adulto en la toma de decisiones. Entre las diversas técnicas participativas para el cambio de ac­titudes se señalan:
a) Role-Playing. Consiste en la dramatización de los roles de la persona con la que se tienen dificultades en las relaciones interpersonales, pa­ra producir cambios en la percepción y valoración de la misma.
b) Diálogo, discusiones y debates. La participación en discusiones, deba­tes y diálogos para tratar temas de interés, fomenta una mayor impli­cación y concita un mayor interés en los alumnos.
c) Exposiciones en público. La aprobación o rechazo de nuestras con­ductas por los otros influye en nuestra autoestima y actitudes.
d) Toma de decisiones. Propiciar que los alumnos tomen decisiones sobre temas que les atañen es una forma de animarles a reflexionar sobre sí mismos, y sobre sus actitudes ante su centro educativo y ante la sociedad.

¿CÓMO EVALUAMOS LOS CONTENIDOS?
La diferenciación hecha entre los distintos tipos de contenido sitúa al profe­sor en la necesidad de abordar su evaluación teniendo en cuenta esas peculiari­dades. Es necesario que el profesorado diseñe actividades en las que se pueda apreciar el grado de asimilación que el alumno ha hecho de cada tipo de conocimiento, para lo que resulta útil recurrir a criterios diferentes que nos permitan analizar el nivel de desarrollo alcanzado.
A continuación, teniendo en cuenta las aportaciones de distintos autores (Coll, Bolívar, Blázquez y Zabalza), se señalan las diversas técnicas o procedimientos a las que el profesorado puede recurrir para evaluar el grado de aprendizaje de los distintos tipos de contenido.
La evaluación de datos y hechos
Se han señalado dos formas de evaluar los dichos conocimientos
a) la evocación;
b) el reconocimiento.
En el primero de los casos, se le exige al alumno que recuerde una información previa, sin proporcionarle ninguna ayuda. En el segundo, después de ofrecer al alumno varias respuestas alternativas, se le pi­de que indique la correcta.
Las peculiares características de este tipo de contenido aconsejan tener pre­sente dos consideraciones (Pozo)
1) Los datos o hechos que no se usan o repasan con cierta frecuencia tienden, por lo general a caer en el olvido. El rendimiento se verá, por tanto, muy afectado si dejamos transcurrir mucho tiempo entre la práctica y la evaluación.
2) No es adecuado que los alumnos memoricen datos sólo para el examen. Los datos y los hechos de­berían ser memorizados sólo en el caso de que sea necesario recuperarlos frecuentemente en el contexto de otras actividades cotidianas o de aprendizaje.

La evaluación de conceptos
Al igual que su enseñanza, la evaluación de conceptos ofrece mayores difi­cultades que la evaluación de datos o hechos.
Para la evaluación del aprendizaje conceptual se han señalado diferentes técnicas, las cuales proporcionan información diferenciada acerca de la adquisición de los conceptos por parte de los alumnos (Pozo, 1992):
1) La definición del significado. Se utiliza esta técnica cuando se le pide al alumno que ofrezca una definición del significado de un concepto.
2) El reconocimiento de la definición. En este caso, se solicita al alumno la identificación del significado de un concepto entre las posibilidades que se le ofrecen. Se trata, por tanto, de una técnica de elección múltiple.
3) La exposición temática. El uso de esta técnica consiste en demandar del alumno una composición organizada, generalmente escrita, sobre un te­ma concreto.
4) La identificación y categorización de ejemplos. En estos casos, se solicita al alumno que identifique, mediante la evocación o el reconocimiento, ejemplos o situaciones relacionadas con un concepto.
5) La aplicación a la solución de problemas. Esta técnica consiste en solicitar al alumno que solucione algunos problemas en los que debe utilizar un concepto previamente aprendido.
La evaluación de procedimientos
En la evaluación del aprendizaje de los procedimientos, el profesor debe reca­bar información sobre dos aspectos principales:
a) el conocimiento que posee el alumno sobre un determinado procedimiento; y
b) la capacidad del alumno pa­ra utilizar dicho procedimiento en una situación concreta. De su análisis pueden extraerse las dimensiones a considerar en la evaluación de los contenidos procedi­mentales.
1) Grado de conocimiento sobre el procedimiento: ¿conoce el alumno los pasos o acciones que componen el procedimiento?, ¿qué grado de precisión o corrección muestra?, ¿es capaz de verbalizar el conocimiento que posee del procedimiento mientras ejecuta la tarea, con sus pasos, condiciones, etc.?
2) Generalización del procedimiento a otros contextos: ¿es capaz el alumno de aplicar el procedimiento adquirido a otros contextos o situaciones simila­res?, ¿es adecuada la actuación emprendida con respecto a las exigencias o condiciones de la tarea propuesta?
3) Grado de acierto en la elección del procedimiento: ¿utiliza el alumno el pro­cedimiento más adecuado para solucionar la tarea o se sirve de un proce­dimiento menos eficaz?, ¿ha interpretado correctamente el objetivo hacia el que se orienta su actuación?
4) Grado de automatización del procedimiento: ¿el alumno aplica el procedi­miento con seguridad y rapidez?, ¿su ejecución supone un gasto mínimo en cuanto a los recursos atencionales o cognitivos?
Es evidente que son muchos los procedimientos cuya ejecución se ajustan a unos determinados pasos y siguen un cierto orden (sencillos); pero también son muchos los procedimientos cuyos componentes o pasos son difíciles de precisar, y no existe una única forma de resolverlos (complejos). Por ello, Hay que subrayar, que la evaluación de los procedimientos no reside sólo en el análisis del proceso de aprendizaje del alumno o del proceso de enseñanza des­plegado por el profesor, sino en la interacción entre ambos.

La evaluación de actitudes
Si los contenidos actitudinales son aspectos que deben ser enseñados y apren­didos por los estudiantes, también deben ser convenientemente evaluados. La evaluación de las actitudes, no obstante, es una tarea compleja que exige el diseño de criterios objetivos que permitan apreciar los logros conseguidos por el alumno. La dificultad para evaluar las actitudes estriba en que estos contenidos no son directamente evaluables: evaluar actitudes es algo más que evaluar los comportamientos de los alumnos. Dado que las actitudes no son susceptibles de ser observadas directamente, tienen que inferirse a partir de creencias, sentimientos, intenciones o conductas.
Se trataría de ver las repercusiones e incidencias que los contenidos actitudi­nales tienen en el desarrollo integral del alumno, por cuanto:
a) aprender un valor significa ser capaz de regular el propio comportamiento, de acuerdo con el principio normativo que dicho valor estipula;
b) aprender una norma significa que se es capaz de comportarse de acuerdo con la misma;
c) aprender una actitud significa mostrar una tendencia consistente y persisten­te a comportarse de una determinada manera ante situaciones, objetos, sucesos o personas.

1. Las actitudes pueden ser evaluadas comparando los resultados de un su­jeto o grupo con los estándares normales, o con los resultados obtenidos por otros sujetos o grupos que se hallen en circunstancias similares a las de los evaluados (evaluación referida a la norma).
2. Las actitudes pueden ser evaluadas en relación con la consecución o no de los objetivos establecidos en el Proyecto educativo o en la programa­ción de aula (evaluación referida al criterio).
3. Las actitudes pueden ser evaluadas en relación con el progreso realizado por un sujeto o grupo, respecto al inicio del proceso o las evaluaciones anteriores (evaluación individualizada).
Propuestas clasificatorias de interés
1. Metodologías y técnicas de observación. La observación sistemática y conti­nua puede ser una metodología eficaz para satisfacer este objetivo. Den­tro de la metodología basada en la observación se incluye:
a) Escalas de valoración.
b) Listas de control.
c) Registros anecdóticos.
d) Diarios de clase.
2. Metodologías y técnicas basadas en cuestionarios y autoinformes. Estas téc­nicas ofrecen sólo una información parcial, por lo que deben ser utiliza­das completándose con otros medios. Entre estas técnicas se hallan:
a) Las escalas de actitudes.
- Escalas de tipo Likert.
- Escalas multidimensionales de diferencial semántica.
b) Las escalas de valores.
3. Metodologías basadas en el análisis del discurso y la resolución de problemas. El análisis de las manifestaciones de los alumnos nos ayuda a comprender el al­cance de sus acciones. Entre los instrumentos más apropiados se señalan:
- Comentarios, debates y asambleas.
- Resolución de problemas.
- Dilemas morales.
- Role playing
- Narración de historias vividas.

¿CÓMO ORGANIZAMOS LOS CONTENIDOS?

Paulatinamente, la forma más tradicional de organización de los contenidos de aprendizaje en la enseñanza, por medio de las disciplinas o materias, ha dejado paso a otras formas de organización, en las que se intenta superar las organizaciones disciplinares y se apuesta por propuestas organizativas den las cuales el establecimiento de relaciones entre contenidos de las diversas materias sea una realidad.
La decisión sobre cómo organizar, seleccionar y secuenciar los contenidos del currículum en el aula influye en la forma cómo el alumno se enfrente al conocimiento.
8.1.- El currículum mediante disciplinas.
La forma más clásica de organización del contenido es el modelo lineal disciplinar o conjunto de disciplinas yuxtapuestas. Esto provoca que el fin originario de la educación como conocimiento, comprensión del mundo y capacitación para vivir activamente en él quede desdibujado (Torres, J).
Las disciplinas son uno de los marcos dentro de los que se organiza, se ejercita, se crea y se transforma el pensamiento, la percepción de la realidad y la acción humana, utilizando para ello lenguajes y métodos específicos. Éstas simbolizan las principales maneras de análisis e intervención de la realidad.
En una organización escolar de asignaturas, el dominio de cada materia como requisito para la movilidad dentro del sistema educativo, pasa con frecuencia, a convertirse en la verdadera y única meta educativa.
Éste currículum es consecuencia de una “clasificación fuerte”, en la que los contenidos están aislados unos de otros.
Surge, así, una forma especial de de conocimiento que es el conocimiento académico, que, a su vez, es acomodado en los libros de texto con la intención de ahorrar trabajo al profesorado al presentarse el conocimiento seleccionado y con una pretensión de neutralidad ideológica.
Es necesario, por tanto, analizar, no sólo el conocimiento seleccionado, sino las ausencias temáticas, aquellos temas o parcelas de la realidad que se ocultan.
En líneas generales, podemos agrupar las críticas principales que se pueden realizar al currículum basado en disciplinas en tornos a los siguientes argumentos.
1.- Se presenta insuficiente atención a los intereses de los alumnos.
2.- Se ignora la problemática del entorno sociocultural y ambiental y no se desarrollan cuestiones prácticas. .
3.- Con frecuencia se producen dificultades de aprendizaje provenientes de un constante cambio de atención de una materia a otra ya que los módulos horarios se dedican a cada una de las asignaturas. De igual forma lleva a dificultades en la organización del espacio y de los recursos (visitas, excursiones, experimentos…)
4.- El alumnado no capta las conexiones que puedan existir entre las distintas asignaturas.
EL CURRÍCULUM INTEGRADO
Ante las críticas al modelo de currículum de disciplinas, cobra fuerza la alternativa de currículum integrado.
Esta opción se defiende a partir de tres argumentos:
1.- Argumentos epistemológicos y metodológicos relacionados con la estructura de la ciencia.
La enseñanza de una ciencia integrada sirve para que los alumnos analicen los problemas, no sólo desde luna única y concreta perspectiva, sino también desde el punto de vista de otras áreas de conocimiento.
2.- Sobre la base de de razones psicológicas.
La característica principal del currículum integrado es la prioridad de atender a las necesidades e intereses de los alumnos. Los discursos de Rousseau, Pestalozzi, Claparede, Decroly, etc presuponen una ley de desarrollo interno que es preciso respetar para que el crecimiento se lleve a cabo. Las necesidades e intereses de los alumnos que coinciden en un aula y en un centro se verán educativamente aprovechadas mediante un currículum integrado que respete sus estructuras cognitivas en cada momento de su desarrollo.
3.- Con argumentos sociológicos.
GLOBALIZACIÓN E INTERDISCIPLINAR
Son respuestas didácticas que tienen como finalidad permitir al profesorado organizar coherentemente los contenidos para facilitar los procesos de enseñanza y aprendizaje.
1.- El enfoque interdisciplinar:
La interdisciplinariedad se entiende como la enseñanza que permite abordar y estructurar de forma ordenada y simultánea contenidos y disciplinas diversas, orientándose a la integración de los conocimientos y de los métodos de cada una. La complejidad de los fenómenos educativos exige análisis multidimensionales, con el fin de evitar percepciones limitadas o restrictivas de la realidad.
Ejemplos en la escuela: El arte en el siglo de oro (incluiría disciplinas como la historia y la literatura), 
 2.- El enfoque globalizador:
Si se siguen las concepciones de la "Psicología de la Forma" o de la "Gestalt", el enfoque global pone de manifiesto la manera en que el ser humano percibe. Según esta escuela, "el todo es más que la suma de las partes".
Desde el punto de vista psicológico, el adulto y especialmente el niño captan la realidad no de forma analítica sino por totalidades. Esto significa que el conocimiento y la percepción son globales. El procedimiento mental actúa, en un primer estadio, como una percepción sincrética, confusa o indiferenciada de la realidad, para pasar después, en un segundo estadio, a un análisis de los componentes o partes; y concluir finalmente, en un tercer estadio, con una síntesis que reintegra las partes de forma articulada, como estructura
Desde el punto de vista pedagógico-didáctico, globalizar supone:
- Partir de los intereses y motivaciones de los alumnos
- Partir de los conocimientos previos de éstos para que a través de las oportunas
relaciones "construir" conocimientos "significativos".
En la aplicación del principio de globalización a la práctica diaria aparecen términos muy conocidos por los profesionales: interés, motivación, conocimientos previos, aprendizaje activo, aprendizaje significativo…
La perspectiva globalizadora no prescribe métodos, pero sí da pautas para organizar los procesos de enseñanza-aprendizaje basados en los intereses de los alumnos y la organización de la actividad constructiva como elemento de aprendizaje significativo. Por ello, podemos decir que la globalización inspira opciones metodológicas como: centros de interés, método de proyectos…
Los centros de interés
Desde este enfoque existen diversos métodos para organizar los contenidos en el aula:
¿QUE SON Y DE DÓNDE VIENEN LOS CENTROS DE INTERÉS?
Decroly (1871-1932), desde un enfoque globalizador, introduce los centros de interés como propuesta pedagógica intentando dar respuesta a las necesidades e intereses naturales de los alumnos. Son para Decroly, las "ideas - fuerza" que mueven y motivan a los alumnos, pues se parte de sus necesidades físicas, intelectuales y sociales.
Los centros de interés giran en torno a cuatro grandes necesidades:
1. alimentarse para conservar y desarrollar la vida
2. protegerse contra la intemperie
3. defenderse contra el peligro
4. actuar y trabajar solidariamente, de recrearse y mejorar…
El niño, desde muy pequeño, relaciona estos centros con otros intereses:
a) los animales
b) las plantas
c) la naturaleza
d) las sociedades
e) las civilizaciones
f) las culturas
Esta pedagogía activa y del interés parte de lo simple para llegar a lo complejo, de lo familiar y conocido para llegar a lo desconocido, de lo concreto para llegar a lo abstracto… Por ello, cada centro de interés se desarrolla en tres fases:
La Observación. A través de la observación directa se descubren las cualidades sensoriales de los objetos: se palpa, se pesa, se huele… Es el inicio del método científico.
La Asociación. En este proceso se relacionan los conocimientos previos de los alumnos con los adquiridos en la observación, potenciando la ordenación, comparación, seriación, tipificación, abstracción, generalización…
La Expresión. La expresión sería la culminación del proceso. Debe interpretarse desde una perspectiva amplia. En ella podemos destacar:
- Expresión concreta (materialización de sus observaciones y creaciones personales; se traduce en dibujo libre, trabajos manuales, coreografías...)
- Expresión abstracta (materialización del pensamiento a través de símbolos y códigos convencionales; se plasma en texto libre, lenguaje matemático, musical...)
Los centros de interés son una constante en la moderna didáctica, aplicados fundamentalmente en la Educación Infantil y en los primeros niveles de Educación Primaria.
Ejemplos de Centros de interés en la escuela:
Necesidad de alimentarse: Tema del Centro de interés: dieta equilibrada.
Guión temático:
¿Qué y para qué comemos? ¿Cómo podemos clasificar los alimentos? ¿A qué hora y dónde comemos? ¿Dónde compramos los alimentos? ¿Cuánto cuestan? ¿Qué pasos sigue un alimento? ¿Qué normas de higiene debemos utilizar?
Con respecto a los centros de interés añado el centro de interés "El Castillo"



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Método de proyectos
Kilpatrick influido por Dewey crea el método de proyectos. Este planteamiento tiene como base el desarrollo de un conocimiento globalizado y relacional. El programa parcial para cada uno de los proyectos sustituye al programa por materias.
La función del proyecto de trabajo es la de crear estrategias de organización de los conocimientos basándose en el tratamiento de la información y el establecimiento de relaciones entre los hechos, conceptos y procedimientos que facilitan la adquisición de los conocimientos".
Los proyectos se pueden generar bien a partir de un concepto, una situación problemática, un conjunto de preguntas,… y el objetivo último es encontrar la solución a esa situación problemática.
Dentro del proyecto se distinguen varias fases:
  1. Fase de elección del tema, de la situación problemática,… Debe partir de las demandas del alumno.
  2. Fase de preparación (¿qué necesitamos? ¿cómo lo resolvemos?. Está referida a la organización, estudio y búsqueda de posibles soluciones. Es el momento de estructurar lso objetivos, los contenidos atendiendo a los que los alumnos quieren saber y teniendo en cuenta lo que ya saben. Se planifican las actividades y el tiempo necesario para el desarrollo de éstas. Se intenta especificar el tipo de organización de la clase, los materiales, los recursos… A partir de ese momento se comienza a desarrollar el proyecto.
  3. Fase de ejecución: Resolución de la actividad, problema o situación. El objetivo de esta etapa consiste en posibilitar al alumno la activación de las estrategias globalizadoras que permita una articulación globalizada y relacional de los contenidos que se trabajan.
  4. Fase de evaluación: resolución de las cuestiones planteadas. El trabajo de investigación, documentación, tratamiento de la información,… realizado a lo largo del proyecto, debe plasmarse en algo concreto: un mural, una maqueta, un trabajo monográfico,…

En la aplicación de esta opción metodológica, es necesario que el profesor conozca la estructura lógica de los conocimientos, su secuenciación, su interrelación… todo ello favorecerá el aprendizaje de los alumnos. Además de experiencia, es necesaria una actitud abierta y flexible hacia los alumnos y el aprendizaje.
Las razones psicopedagógicas que avalan esta estrategias se resumen en las siguientes:
1.- Los alumnos son más proclives a búsquedas interdisciplinares que disciplinares.
2.- El trabajo por proyectos facilita la comprensión organizativa de las disciplinas.
3.- La resolución de un proyecto suele requerir búsquedas de información en diferentes disciplinas o materias.
4.- Los proyectos proporcionan un margen de autonomía al alumno en cuanto a su ritmo de trabajo.
El método de proyectos se puede aplicar en los últimos niveles de Educación Primaria y sobre todo en Educación Secundaria, aunque hay experiencias donde se ha desarrollado también en niveles inferiores El método de proyectos, al igual que la aplicación de los centros de interés abren un abanico de posibilidades a la innovación didáctica, poniendo en práctica términos tan conocidos como: globalización, interés y motivación, aprendizaje significativo…





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